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Regalo un día de monitor de deportes de extremos vacaciones Jaen . n escalofrío recorrió su cuerpo, convirtiéndolo en un caparazón helado y, asustada, miró a su alrededor. ¿Qué había allí? Inmediatamente le invadió una terrible cólera, amarga y dura como el hierro, que enseguida se tornó en un deseo de venganza. Un fuego se encendió en su interior y alejó el frío, rechazando el miedo que amenazaba con arrollarla. De pie en la orilla del pequeño lago, sola entre l
Regalo un día de practicar deportes de extremos terrestre Guadalajara . desesperación, maldiciéndola a ella por su impotencia. No quería tocarla por miedo a que se echara a temblar. Pero no sirvió de nada: ella no decía nada y él no conseguía hacerla llorar siquiera. La había dejado atónita, pero no emocionada; seguía estando muerta para él. La maldijo por última vez, sin importarle nada más, y salió de allí. Silencio. Sophie se levantó y arrastró los pies hasta la v
Regalo un día de equipaje deportes de extremos quads Girona . s clientes de la fonda Imperio a brindar con él. Santiago Estrada, alegre por temperamento, que cumpliendo su promesa llevaba todavía la gorra de marino tocó la guitarra. Tenía una alumna: Ana María. Ésta se había decidido por fin a aprender a tocar el instrumento, a la vez que Esther le daba clases de inglés y Eva de alemán. Ignacio sonreía. Sonreía feliz viendo que Ana María no había perdido un
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