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Regalo un día de . casi cerró por completo los párpados, ocultando sus ojos de azul de porcelana. Profiriendo un gruñido estentóreo, tomó unos auriculares y los ajustó a su cabeza. Luego enchufó las clavijas en un cuadro que tenía ante él y se puso en comunicación con el oficial de guardia en la góndola número uno. ¿El motor? preguntó bruscamente. Marcha muy bien, señor le contestó una voz. Repitió la mi

Regalo un día de packs deportes de extremo escalada Las Palmas . s joven con los ojos cerrados. Estaba profundamente dormido, lo que no era sorprendente después de su segundo encuentro amoroso, pensó, recordando su insaciable deseo. Pero ella no podía dormir. A pesar de todo, sabía que por parte de Lucas solo era deseo . se lo había dicho cinco años antes. ¿Cómo iba a poder quitarse a aquel hombre del corazón? ¿Qué tenía que hacer? ¿Morirse? Suspirando, se

Regalo un día de tipos deportes de extremo barranco acuatico Salamanca . dad que no? —¿Te acordás de los viajes en autobús? —Nunca los olvidé. —Pero desapareciste. —Enseguida nos fuimos a Canadá y no tenía tu dirección ni tu teléfono. Sobrevino un silencio, pero fue breve. Ella dejó su silla y fue a sentarse junto a Rodrigo. Luego, al igual que en aquel otoño del 44, apoyó su cabeza en el hombro reencontrado. —Natalia —dijo él. Ella siguió callada, pero por cierta vibr

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