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Regalo un día de deportes de aventura acuatico Cuenca . ora tengo quehablar con Sligo. —Su tono era gélido, sombrío y no del todo firme; su helada superficie ondulada por la ira apenas contenida—. Te ve ré arriba, enseguida. Por primera vez ese día, Honoria vio claramente su rostro ilu minado por la lámpara del techo. Estaba más pálido e inanimado delo habitual y parecía una máscara mortuoria cuyos ojos ardían ex trañamente oscuros. —Sligo actuó s
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