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Regalo un díaa de ocio en . ? —Lo calculo, mujer —¡Tres metros! , Imposible! —¿Qué? —Que no llego . —¿Qué vas a hacer? —Llevarte en brazos. —¡De ninguna manera! —¿Eh? —Nos caeríamos los dos . —¿Los dos? —Los tres . —¡Qué tontería! Me sobran fuerzas. —¿Cuánto pesaré yo? —Sesenta kilos, máximum. —¿Cómo lo sabes? —Lo calculo. —No te fíes de los cálculos, Federico. —Todo el mundo se fía de los cálculos. Incluso los ingeni

Regalo un día de turismo en monitor deporte de extremos kayak Asturias . or». La impaciente y arrogante viuda pulsó el botón de llamada del ascensor y se puso furiosa, porque éste no apareció al instante. Cuando, al fin, lo hizo, le rugió al ascensorista: «¿Dónde demonios estaba usted?» «Señora, ¿dónde quería usted que estuviera con un ascensor?» Los muros que les aprisionan son mentales, no reales. Un oso recorría constantemente, arriba y abajo, los seis metro

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Regalo un día de . era un chico muy dulce poner celoso a Noah era algo que había querido hacer durante años. Deseaba disfrutar un poquito más de aquella fantástica sensación .Y tenía un delicioso hoyuelo en la barbilla. Te burlas. Bueno, quizá un poco. Pero, de todas maneras, no me parece tan grave que pueda estar interesada en él. Tengo varias amigas que han escogido a propósito amantes mucho más jóvenes. Proba

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Regalo un día de hacer deporte de extremos de aire Salamanca . e contacto una vez. Dos veces. Al tercer intento, el motor arrancó; las ruedas comenzaron a girar sobre el barro carmesí al tiempo que ponía la marcha atrás y retrocedía hacia el camino. Vaslav vio a los ingleses correr hacia el coche maldiciéndole. No había más remedio, no quería robar el vehículo, pero tenía trabajo que hacer. Había sido uno de los jueces, había sido responsable de la contienda

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