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Regalo un día de turismo en paquetes deportes extremos aereo Albacete . miento. Después, el pueblo : las mujeres de los soldados, los viejos, los niños arrastrando pesadamente su miseria. Todos cargaban bultos. Los mejor dotados montaban un pollino o una acémila. Entre aquella caravana de desheredados, Saulo vio un solo dromedario. Cuando se perdió el rumor de la columna, se echó sobre la arena. La noche comenzaba a enfriarse. Se abrigó bien con el manto. Cerró los oj
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Regalo un día de paquetes deportes extremos aereo Albacete . noche algunos lograron pasar al otro lado. La guardia también se dejaba sobornar. «¡Corred, rubias! », ayudaban a algunas a cruzar los guardias alemanes, sorprendidos de encontrarse no con el arquetipo de Stürmers, sino con chicas muy bonitas. A la mañana siguiente, llevaron a todos los del gueto pequeño al Fuerte IX. Algún tiempo antes, los prisioneros rusos habían cavado fosas, que se habían me
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