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Regalo un día de ejemplos deportes de extremos kayak Huelva . tiempo para eso. Con un trozo de algodón pasé la pasta sobre mi cabello y mi bigote. Las manos me temblaban de debilidad. Una y otra vez me manché la cara. Retrocedí y me estudié en el espejo. El pelo parecía extraño pero pasable para Estambul. El bigote, en cambio, se veía como una negra masa pegada al labio superior. Había que eliminarlo. Muy nervioso, salí del hotel y volví a la calle llena
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