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Regalo un día de paquetes deportes de aventura barranco acuatico Almeria . l, sacó un pedazo de pan seco y empezó a mascarlo. Destapó la cantimplora de cuero y la sacudió; parecía liviana, como si estuviera casi vacía. La volvió a tapar sin beber. Puso el morral en el suelo a guisa de almohada, se envolvió en el manto y se acostó. Tenía la vara en la mano derecha. Mientras se tendía de espaldas, la luz o fuego fatuo flotó separándose del extremo de la vara y colgó débil

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