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Regalo un día de packs de deporte de extremos montaña Guadalajara . no me casé con Henry sino con mi padre. —¿Qué diferencia hay, si también te pegaba? –apuntó Eddie. —Va–vamos –dijo Bill. Siguieron caminando. Bill estiró las manos, en busca de la de Richie y la sana de Eddie. Pronto formaron un círculo, como antes, cuando el grupo era más numeroso. Eddie sintió un brazo sobre los hombros. Fue una sensación cálida, consoladora, profundamente familiar.
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