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Regalo un día de excursión enequipaje deportes de extremo capeas Soria . jos amarillentos, él vislumbra algo que lo obliga a guardar silencio: una resignación, una presciencia no solo de lo que les ocurre a las ovejas a manos de Ros tras el cobertizo, sino también de lo que les aguarda al final del largo y sediento trayecto hasta Ciudad del Cabo a bordo del camión de transportes. Lo saben todo, hasta los más pequeños detalles, y sin embargo se resignan. Han calcu
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Regalo un día de equipaje deportes de extremo capeas Soria . e que Sebastian se hubiera cansado de esperarla y se hubiera ido. Debería haberla tranquilizado ver que seguía allí. Lo que hizo fue humedecerla. Se deslizó en el pequeño reservado circular y se sentó a su lado, aunque dejó unos centímetros entre sus cuerpos. Quería compartir el champán y la celebración. Quería estar lo bastante separada para que él la mirara a los ojos, quería la distancia por
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