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Regalo un día de cursos de deportes extremos fin de semana Granada . cos, no vi libros (Pancho y Moctezuma eran pobres, pero en los lugares más insospechados de su vivienda pude ver ejemplares de Efraín Huerta, Augusto Monterroso, Julio Torri, Alfonso Reyes, el ya mencionado Catulo traducido por Ernesto Cardenal, Jaime Sabines, Max Aub, Andrés Henestrosa), sólo una colchoneta y una silla —no tenía mesa— y una maleta de piel, de buena calidad, en donde guardaba su r

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Regalo un día de Realizar deportes extremos byggys Zamora . na mera manera de decir tratándose de mí. Nada, lo que se dice nada irregular, pero, en la luz interior, no sé como decirlo, flotaba como una densidad tumescente y un tanto absurda que rauda se recogía sobre sí misma y desaparecía a la primera impresión. ¡Mierda! ¡Mierda! Tres veces mierda, dije. Aquel fenómeno, en el cautivo frío de la nevera, se mofaba de mi poca lógica elemental y festejaba,

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